Objetos de MeteRuido: Pañoletas 8M

Luces, sinfín, cámara… y objetos de MeteRuido

¡Qué tarde tuvimos! La Rosa venía llegando de su clase de movimiento (estudia teatro en la UDD) y la Jose había pasado por Patronato en busca de poleras para bordar sus nuevos diseños. Nosotras cargadas a más no poder, bolsos y bolsos con maquillaje, chaquetas, gorros, pantalones y mochilas para combinar con nuestras poleras, silbatos, tupus, pins y parches. Todos objetos de MeteRuido.

Con mirada de mujer

El estudio de la Vale está en una casa antigua en el centro de Santiago, de muros gruesos y color rojo. El sinfín ya estaba instalado y las luces puestas cuando llegamos. Rápidamente, ordenó nuestro pequeño caos. Iríamos producto por producto y sacaría tres o cuatro tomas desde distintos ángulos a cada objeto de MeteRuido. Después, vendrían las fotos con las chiquillas.

La Vale es una caja de sorpresas. Hace seis años formó Frame Estudio (nosotras llegamos a ella por datos de amigas). Ella integra un colectivo de 35 fotógrafas que se llama Mirada de Mujer y periódicamente entrevista a fotógrafas que se destacan por su trabajo..

La complicidad de la Rosa y la Jose

Se nota que la Vale es fotógrafa retratista. Tiene la habilidad de sacarte lo mejor y hacerte sentir segura frente a la cámara. Con ella, nos olvidamos del calor y comenzamos a jugar al estilo MeteRuido. Nos ayudó mucho la complicidad que lograron la Jose y la Rosa. Súper atentas a las sugerencias de la Vale y súper felices de usar nuestros objetos de MeteRuido.

Nosotras habíamos planeado algunas fotos la tarde anterior y lo bueno es que se nos ocurrieron nuevas cosas durante la sesión. Por ejemplo, queríamos la pañoleta Mi Decisión atada al pelo y en eso estábamos cuando una se la probó como peto. Todas dijimos: hay que hacerla también.

Cuatro horas de pura sororidad

Además, preparamos algunas fotos para el lanzamiento de nuestro producto: el tupu Nicolasa. Este alfiler que utilizan las mujeres andinas, tiene una historia poco conocida. En 1872, un hombre atacó físicamente a Nicolasa Flores. Ella sacó su tupu y se lo enterró una o dos veces. Los archivos de la época relatan esta historia como el “topazo”. El tupu Nicolasa es nuestra arma secreta, lo llevamos en la ropa o el pelo.

Fueron cuatro horas intensas. Fueron cuatro horas de pura sororidad. Nos fuimos contentas de que somos + gracias a MeteRuido.